lunes, 22 de junio de 2015

Ayer recibí una hermosa carta, una carta hermosa. Alguien me contaba que había descubierto Cactus en la previa de una cena. Una cena con amigos, vino y lecturas. Volví a pensar en los caminos de la poesía, en sus extraños y mágicos caminos. Gracias, Carlos.