domingo, 15 de diciembre de 2013

Sobre la Poesía de Jorge Curinao

Por Laura Malatesta

Como a mi propio té, bebí a tragos lentos la poesía de Jorge Curinao y fui hueso en sus Plegarias del humo y me quedé en el interior de sus plegarias-poemas siendo viento, herida, imagen de humo que danza en el ritual de su poesía.

"Nadie pide nacer", dice este gran poeta pero estamos habitando las palabras como huérfanos en la noche. Acuerdo en que somos Cactus, por eso nuestra resistencia, por eso la vida por dentro, las flores-poemas entre sus espinas, las raíces en el desierto y su Poemario se erige como un desafío testimonial de ello, como un gigante-cactus en el desierto, orgulloso de su estirpe, de lo que contiene, de su formación, raíces y heredad.

"No estamos solos en la soledad" como dice Jorge, sobrevivimos poema a la herida, poema a la vida, poema al viento, poema con poema, poema a contracara, a contracorazón, por eso resistimos, nos restauramos, habitamos las plegarias de los extremos, dialogamos con la muerte que nos seduce y nadando hacia la luz, navegando los poemas, es que la oscuridad retrocede, nadando, siempre nadando a contraviento, a contrasol, en el mar de imágenes y versos que nos sostienen, nos interpelan y nos definen. 

Celebro su poesía y felicito los diseños originales de cubierta e interiores de Sergio Di Leo. Él también sabe interpretar a este poeta sin vueltas, en un diálogo sencillo, sereno y profundo como la poesía misma de Jorge, y es en esa comunión, común-unión, donde las imágenes se vuelven humo, figuras danzantes en el aire que cobran, a veces, formas de oreja, de puño cerrado, de notas musicales, de rostros interpelándose en el viento, el hueso que se humifica hecho luz hacia el universo, manifestando su esplendor... eso saldría en imágenes si quisiera pintarlo y muestra también en Cactus, su otro poemario, las dimensiones más íntimas que esta metáfora propone en su esencia.

Conozco y reconozco el trabajo poético de Jorge y su pasión por la poesía. Me quedo en su Tributo "Insistamos en el canto, / el arte de los náufragos / consiste en dar vuelta el sentido de las cosas".

Permanezco en su Ensayo sobre la poesía que lo resume "Del hueso al poema / del cielo al infierno / del cielo del infierno / al hueso del poema".